viernes, 1 de abril de 2016

Puedo... no puedo


Hace unos años cuando James abandonó Bruselas por su China natal me dejó éste espejo, fue un regalo que había hecho él mismo. Sobre la superficie escribió tres palabras que se repiten una y otra vez, las mismas tres palabras que titulan esta entrada del blog: puedo, no puedo.
Desde que me lo regaló ha estado situado en la entrada de casa, es lo primero que veo al entrar y lo último antes de salir. 

La última semana y media ha sido especialmente dura, física y mentalmente, con los atentados del 22M en Bruselas y la espiral de trabajo que eso ha acarreado. La cuesta arriba se ha ido empinando en la misma proporción en que mis ojeras iban en aumento. 
Los sitios en los que tuvieron lugar los atentados, ambos, son lugares comunes en mi día a día. 
Maelbeek, la parada de metro, está una estación más allá de mi oficina. De hecho, nada más suceder la explosión solo tuve que abrir la ventana y dirigir la cámara hacía la calle para dar imágenes en directo de lo que estaba aconteciendo. 
El aeropuerto de Zaventem representa para mi un cordón umbilical, ese que me permite volver a casa para reunirme con la familia. Cuántas veces lo habré pisado por placer y por trabajo, o como a finales de enero, para ir a despedir a mi madre.

En las primeras horas, del ya fatídico martes, el caos y el descontrol se apoderaron de todo y de todos, las imágenes que nos llegaban parecían querer competir por ser más brutales y sangrientas que las anteriores. Las visualicé con estupor e incredulidad, incapaz de asimilarlas a medida que iban pasando por mi retina.
La primera noche tiritaba al meterme en la cama como si de fiebre se tratase pero sin tenerla, la segunda el cansancio no me dejaba dormir, la tercera lo logré a trompicones...

Cada noche al llegar a casa, miraba mi reflejo y una voz dentro de mi repetía sin cesar "no puedo". Me sentía sin fuerzas, agotada para enfrentarme a un nuevo día. Sin embargo al despertar el canto de sirenas era bien distinto, lista para partir de nuevo al trabajo la voz decía "puedo" y cual mantra a él me he aferrado para afrontar estos días. Eran las dos caras de una misma moneda, dos reflejos bien distintos separados entre sí por unas horas.

La vida vuelve a la normalidad poco a poco en Bruselas y la mía sustancialmente ha cambiado bien poco, incluso en los días posteriores al atentado. A pesar de lo que se dice en los medios de comunicación por mi barrio no hay militares, la presencia policial no ha aumentado, la vida sigue tal y como la he visto en estos seis años. 
Hoy resulta mucho más sencillo creer que puedo.

miércoles, 28 de marzo de 2012

"La mujer no es menos por no ser madre ni un hombre más por ser ministro"

Titulo con esa respuesta de Patricia Hernandez (PSOE) al ministro de justicia.

Hace tiempo que la "nueva" ley del aborto colea en la actualidad informativa. Según dicen, tanto las partes que están a favor como las contrarias a la ley, quieren defender y proteger a la mujer. ¿Por qué será que a mi esto me huele a "entre todos la mataron...y ella sola se murió"?.

El ministro asegura que "la libertad de maternidad es la que hace a las mujeres auténticamente mujeres", ha querido el destino que ésta frase la haya pronunciado precisamente un hombre, que de ser mujer sabe y mucho. La frase bien podría utilizarse para un anuncio de compresas, empaca perfectamente con la mítica "te gusta ser mujer?", pero al menos ésta se utilizaba bajo un contesto comercial, meramente lúdico y no como el caso de la primera, en boca de un representante de todos los ciudadanos españoles.
Lamento disentir, pero una mujer es mujer "auténtica" ya por el hecho de haber nacido mujer o sentirse mujer. No se autentifica con los años, ni se renueva con cada embarazo.

Las mujeres tenemos el "don" de la procreación, pero no la "obligación".
Hay tantas mujeres como opiniones en favor o en contra del embarazo, y en la libre elección de cada una está la respuesta correcta. La ley no debe imponer trabas, sino un marco que proteja y legitime la opción que tome cada una de las mujeres en su debido momento. Que no cohíba, ni limite la libertad de cada mujer.
Tan libre debe ser la que decida abortar, como la que decida dar a luz a su bebé.

No he pasado nunca por la tesitura de tener que elegir si interrumpir un embarazo o seguir adelante, pero poniéndome en situación me gustaría que si llegado el momento decido interrumpirlo, los trámites no me lleven a un callejón sin salida. Debe ser una decisión difícil, ¿por qué complicarlo más con trámites burocráticos que me permitan o no ejercer un derecho que tengo como mujer "auténtica" y libre?.

La nueva ley se asegurará de que no haya mujeres obligadas a abortar contra su voluntad, porque actualmente la sociedad "obliga" a la interrupción del embarazo. Si ésto es cierto, cabría preguntarse cuáles son los medios por los que la sociedad obliga a abortar a las mujeres. Qué circunstancias son las que más influyen a la hora de tomar esa decisión. Y en consecuencia obrar contra todos ellos.
Pero ésta ley no busca los factores que incitan a abortar, ni los persigue ni los castiga. Parece limitarse únicamente a complicar los trámites del aborto. Que la mujer que desee hacerlo deba justificar y justificar el por qué. A éste ritmo para poder abortar será preciso una copia compulsada de la partida de nacimiento de ambos progenitores y un ticket de la farmacia adjunto a la caja de condones que tuvo para mal romperse y causar el embarazo.

Con un simple vistazo me da por pensar cuáles son esos factores de la sociedad que "obligan" a  abortar a las mujeres, y el primero y más llamativo tiene que ver con la supuesta perdida del puesto de trabajo. Una mujer que se queda embarazada automáticamente se convierte en un "peligro" a ojos de su jefe, y por lo tanto en un supuesto objetivo que despedir. Por desgracia se dan muchísimos casos de éste tipo, pasan la ley de no discriminación escudados en otras razones de despido. Si éste motivo es uno con el que la sociedad obliga a las mujeres al aborto ¿no debería el gobierno legislar mejor para proteger a éstas mujeres que embarazadas no quieren perder su puesto de trabajo al proseguir con su embarazo? ¿no debería la nueva reforma laboral tener un apartado que proteja como es debido a las mujeres? y sin embargo ¿por qué la nueva reforma las deja aún más desamparadas?

Bien sabido de todos es que estamos en tiempos de crisis pero en lugar de recortar en gastos, recortamos en derechos.

jueves, 20 de octubre de 2011

20N

El 20N no podré ejercer uno de los derechos y obligaciones que como española me corresponden. No será por decisión propia ni por indignación, más bien porque se me niega.
Hasta que no se reside en el extranjero uno no es consciente de la indefensión a la que se expone. No sólo ya por el mero hecho de habitar en un país ajeno al tuyo, con leyes y posiblemente idioma diferentes a los de tu país de origen.
Cuando se anunció el adelanto de las elecciones generales puse en marcha todos los mecanismos a mi alcance para poder votar desde Bruselas. A primeros de agosto me personifiqué en el consulado español y finalmente hice oficial mi condición de residente en Bélgica. Aporté toda la documentación requerida e hice notar al funcionario que me atendió que el motivo de dicho papeleo era poder participar en las elecciones generales del 20N. Él dijo que sin lugar a dudas todo estaría listo para la susodicha fecha y que una carta llegaría a mi buzón indicándome mi entrada en el censo consular.
El tiempo fue pasando y a mi buzón no llegaba nada. 
Al principio no te escandalizas porque uno sabe que "las cosas de Palacio, van despacio". Pero cuando el resto de españoles que conozco empezaron a recibir la documentación necesaria para poder votar y yo seguía sin tener noticias envié un e-mail al consulado:
Tras identificarme, escribí:

"Antes de las vacaciones decidí inscribirme en el registro del consulado para poder ejercer mi derecho a voto desde Bruselas, tras la vuelta de las vacaciones ha pasado ya mes y medio y aún no tengo constancia de estar oficialmente inscrita en el registro. Lo que me preocupa es que otros españoles residentes en Bruselas han recibido ya la documentación referente a las elecciones y yo aún nada. No desearía quedar privada de mi derecho como española por culpa de la burocracia.Espero tener noticias suyas en breve.Atentamente,"

A lo que me contestaron: 

"Estimada Señora,La Ley prevé un periodo de reclamación de 8 días durante el cual las listas electorales están expuestas al público, incluyendo un sábado y domingo para que las personas que trabajan puedan desplazarse fácilmente para consultarlas y poder modificar los fallos u omisiones existentes. El Real Decreto indica que las listas fueron cerradas a 01.07.2011 lo que significa que las personas que se hayan inscrito en un consulado después de esa fecha no están en el CERA (Censo Electoral de Residentes Ausentes) gestionado en dicho Consulado. Le sugiero se ponga en comunicación con la Delegación Provincial de la OCE del lugar donde está inscrita en España, donde le podrán informar más extensamente.Atentos saludos"

Según ésta respuesta, el primer funcionario, quién me atendió en ventanilla, hizo mal su trabajo, no podía ya inscribirme en el Consulado para votar como residente en el extranjero, porque las listas habían sido cerradas ya a primeros de julio.
No quise rendirme ahí, así que me puse en contacto con mi Delegación Provincial, que a su vez se puso en contacto con el Consulado Español en Bruselas. 
Mientras tanto un amigo español me aconsejó que tramitase el voto como residente española temporalmente en el extranjero.
Después de mover Roma con Santiago, conseguí que otro funcionario me llamase para explicarme por qué ya NO podía votar desde Bruselas. Toda la conclusión vino a ser que yo ya estaba inscrita en el Consulado desde el 5 de septiembre (cosa que nadie me comunicó y que cerraba la última esperanza que me quedaba, el voto como residente temporal en el extranjero), que quién me atendió en primera instancia debía haberme alertado de que el plazo ya había finalizado y que si deseaba votar en estas elecciones generales debía hacerlo como residente temporal en el extranjero y una vez pasados los comicios podría inscribirme oficialmente en el censo consular. 
Si bien es cierto, ésta persona al teléfono me confirmó que aún sigo inscrita en el censo de Basauri, ciudad de residencia en la península ibérica y que si lo deseo puedo desplazarme allí el 20N y ejercer mi derecho.
No sé qué opináis vosotros, pero a mi la medida me parece bastante peregrina, por no mencionar DE LUJO dado los tiempos que corren.
Conclusión, no importa que uno se deje los cuernos tramitando papeleos varios, si te topas con un funcionario incompetente estás perdido. Tantos entresijos burocráticos han servido únicamente para privarme de un derecho.
Cada día me siento menos española, la distancia es el olvido... no soy de allí ni de aquí. En cualquier caso, qué más me dará quién salga elegido presidente, tal y como pintan las cartas no creo que regrese a España en un periodo corto de tiempo.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Una década

Septiembre de 2001 fue mi primer viaje en solitario, sin amigos, sin padres, sólo una maleta y muchas ganas de aprender. Gracias a una beca crucé por primera y única vez, de momento, "el charco". Aún recuerdo las palabras de mi madre al enterarse de que mi solicitud sólo incluía los Estados Unidos, "Hija, ¿por qué no eliges Londres? Está cerca y en caso de pasar algo, yo me plantó allí en un santiamén." y yo pensando para mis adentros "Pues por eso precisamente"
Siempre he sido una persona independiente y autosuficiente, pero con 18 años lo eres al 200%, ansiaba más que nada en el mundo probar la libertad, saber hasta dónde era capaz de llegar únicamente con mis fuerzas y demostrarme que podía valerme por mí misma.  
El 4 de septiembre tras un madrugón de aúpa, 14 horas de vuelo y algo de jet lag ponía pie en el aeropuerto de Boston. Durante un mes viví "el sueño americano": me acogió una familia afroamericana, fui a ver un partido de béisbol, acudía a clase diariamente y disfrutaba de mis tardes haciendo turismo. También sobreviví a "la pesadilla americana": 11/9. 
Aquél mes fue de película, tanto en lo bueno como en lo malo, no podía llegar a creérmelo. Todo era cómo un gran set de cine, sólo faltaba la figura del director diciendo "Corten!!".

Ése fue el comienzo de mi periplo. Al regresar a Bilbao no sólo me dí cuenta de todo cuánto había aprendido, también de que un pedacito de mí se había quedado allí. Y así ha sido desde entonces, dos periodos de larga estancia en Italia y ahora es Bélgica quién me acoge.
Cada viaje me ha enseñado tanto, ha hecho que madure y crezca como persona, pero a cambio cada destino se ha cobrado un trozo de mi corazón. No importa el tiempo que haya permanecido en un lugar, su gente, sus calles, sus costumbres, etc. han sabido atrapar parte de mí.

Hace diez años, si alguien me hubiese preguntado dónde imaginaba estar ahora, creo que jamás hubiera osado decir Bruselas y sin embargo aquí estoy. No voy a hacer predicciones para la próxima década, sólo espero decir cuando llegue el momento que otra vez me ha vuelto a sorprender.

miércoles, 6 de julio de 2011

El anillo

Hoy ha venido a mi mente algo que viví hace ya tres años. Era una bonita tarde en una playa de Rimini, estábamos grabando unas imagenes para el documental Cielo Azul, esa era la excusa. En realidad habíamos ido los colegas de la beca Leonardo junto a Olimpo, Laura y Pedro Pablo a tocar música a una playa salvaje de la zona.
Mientras improvisábamos ritmos y charlábamos un chico se nos acercó muy alterado, tanto que casi no era capaz de articular palabra. Al final consiguió explicarse, el anillo que su prometido le había regalado se había perdido en la arena de aquella playa.
Olimpo y yo lo acompañamos a la zona en la que él había estado sentado. Nos pusimos a peinar la arena con nuestros dedos, literalmente, pero el chico cada vez estaba más y más nervioso, se le escapaban las lágrimas. Y entonces mis dedos tropezaron con algo metálico, me deshice como pude de la arena que lo rodeaba y dije algo parecido a "Eccolo" alzando mi mano. La estampa vista desde fuera tuvo que ser como ver a Golum alzando "su tesoro".
No tuve más tiempo de reacción, el chico se abalanzó sobre mi y me abrazó con todas sus fuerzas mientras dejaba correr libremente sus lágrimas.
Ha sido uno de los abrazos más bonitos y emotivos que jamás me hayan dado y vino de un autentico desconocido. No he vuelto a saber nada de él, no creo que pudiera reconocerlo aunque me lo encontrara de nuevo, pero jamás olvidaré ese instante.
Olimpo me dijo cuando volvíamos con nuestros amigos: "Laura, ese chico nunca te olvidará". No sé si habrá sido así, pero yo sí que estoy segura de que nunca lo olvidaré.

viernes, 3 de junio de 2011

Expatriada

Ayer durante la asamblea de Democracia Real Ya - Bruselas escuché un adjetivo que nos designaba a todos los que estábamos alli reunidos: expatriados. No se trataba de una palabra nueva para mi, ya la había escuchado antes, aunque nunca pensé que llegara a englobarme.
EXPATRIADA. En mi cabeza la palabra suena con un contexto totalmente negativo y no puedo explicarme el por qué.
EXPATRIADA. Es como una letra escarlata que han bordado en mis vestimentas pero no sé si lucirla con orgullo o vergüenza. Orgullo por haber sabido labrarme un futuro en el extranjero con las dificultades que eso implica, vergüenza porque mi país no me ofrecía ni presente ni futuro.
He viajado y situado mi lugar de residencia fuera de las fronteras españolas en numerosas ocasiones. Los periodos fuera de "casa" han oscilado entre tres meses y un año. Nunca antes me sentí expatriada porque en el horizonte siempre se vislumbraba el regreso a la piel de toro. Ahora por primera vez en mi vida, ese horizonte ha desaparecido, simplemente no está. Y en cierto modo me siento naufraga, sin ese faro de referencia en tierra que te muestra el camino a puerto.
Pero la decisión la he tomado hace tiempo y de nada sirve mirar hacia atrás. Puede que el futuro en el país que me acoge se antoje difícil y duro, pero el que dejo atrás en mi tierra es desolador.
Este viaje empezó hace año y medio, no sé cuánto se dilatará en el tiempo, ni tampoco hacia dónde me llevará, solo sé que voy a izar las velas y seguir mi rumbo, esperando que algún día el viento me lleve a atracar de nuevo en mi Bilbao natal.

martes, 3 de mayo de 2011

Los taxis ecológicos se encuentran en Bruselas

No hay taxistas más ecológicos que los de Bruselas. No utilizan coches eléctricos, ni híbridos pero son los que más se preocupan por el medio ambiente. Deberían otorgarles la bandera verde, se la tienen ganada a pulso. Están todos muy concienciados y predican con el ejemplo.
¿Queréis saber cómo se preocupan por la contaminación? Es muy curioso, todo radica en la avaricia y la pereza. Un taxista belga no baja la bandera por una carrera inferior a 30 euros, todo lo que baje de ahí no les interesa y suelen recomendarte ir a pie o utilizar el medio de transporte público. Y yo me pregunto, ¿saben ellos que se dedican al negocio del transporte... público?
Al llegar a ésta ciudad tuve que caminar muuuuucho volviéndome yo también ecologista. El problema es que cuando preciso de un taxi suele ser siempre en horario de trabajo, lo cuál implica que arrastro un equipo que supera los 20 kilos de peso y si a eso sumamos que como en el caso de hoy el periodista no me acompaña...son 20 kilos para mí solita. Ya sé lo que estáis pensando, ¿qué es eso para una chica de Bilbao? -Eso no es nada, pues!!!. Mi fisioterapeuta discrepa.
A un taxista belga eso no le entra en la cabeza. Cualquiera diría que le voy a hacer un simpa al llegar a destino. Como con todo he desarrollado una técnica, saludo al taxista, me dirijo al maletero, meto todo el equipo, me siento y abrocho el cinturón y entonces, sólo entonces, suelto la dirección de destino (muchos querrán saberla antes, para no llevarte). La expresión de su mirada cambia, sin entender bien el francés comprendo que se están acordando de todo mi árbol genealógico.
Y si aún así se niega a llevarte a destino, ya sólo queda el plan B: la única manera de sobornar a un taxista belga y conseguir que se salte sus principios ecológicos es ofrecerles más dinero por la carrera.
Ojito al dato si tenéis intención de poner pie por estas tierras.