No hay taxistas más ecológicos que los de Bruselas. No utilizan coches eléctricos, ni híbridos pero son los que más se preocupan por el medio ambiente. Deberían otorgarles la bandera verde, se la tienen ganada a pulso. Están todos muy concienciados y predican con el ejemplo.
¿Queréis saber cómo se preocupan por la contaminación? Es muy curioso, todo radica en la avaricia y la pereza. Un taxista belga no baja la bandera por una carrera inferior a 30 euros, todo lo que baje de ahí no les interesa y suelen recomendarte ir a pie o utilizar el medio de transporte público. Y yo me pregunto, ¿saben ellos que se dedican al negocio del transporte... público?
Al llegar a ésta ciudad tuve que caminar muuuuucho volviéndome yo también ecologista. El problema es que cuando preciso de un taxi suele ser siempre en horario de trabajo, lo cuál implica que arrastro un equipo que supera los 20 kilos de peso y si a eso sumamos que como en el caso de hoy el periodista no me acompaña...son 20 kilos para mí solita. Ya sé lo que estáis pensando, ¿qué es eso para una chica de Bilbao? -Eso no es nada, pues!!!. Mi fisioterapeuta discrepa.
A un taxista belga eso no le entra en la cabeza. Cualquiera diría que le voy a hacer un simpa al llegar a destino. Como con todo he desarrollado una técnica, saludo al taxista, me dirijo al maletero, meto todo el equipo, me siento y abrocho el cinturón y entonces, sólo entonces, suelto la dirección de destino (muchos querrán saberla antes, para no llevarte). La expresión de su mirada cambia, sin entender bien el francés comprendo que se están acordando de todo mi árbol genealógico.
Y si aún así se niega a llevarte a destino, ya sólo queda el plan B: la única manera de sobornar a un taxista belga y conseguir que se salte sus principios ecológicos es ofrecerles más dinero por la carrera.
Ojito al dato si tenéis intención de poner pie por estas tierras.
Download Now Dragon Age: Hard in Hightown
Hace 7 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario