Desde que he llegado a Bruselas, una cosa me ha tenido con la mosca detrás de la oreja. Vivo en un apartamento pequeñito, apenas pongo pie en casa, no hay moqueta ni nada que genere pelusa, pero en muy poco tiempo se generan unas pelusas que colonizan el piso.
Al principio eché la culpa al gato de la dueña del piso, pero hace tiempo que no está por aqui, he barrido, doy fé y o ese gato es alopécico o yo no me lo explico.
Es entrar en casa y trasladarse al lejano oeste, según abres la puerta ves recorrer la sala por un peluso cual bola de espino en una peli de John Ford. Lástima no ser John Wayne para dispararles a diestro y siniestro.
Al principio tenía su gracia, barrer y en cuanto guardaba la escoba ya había un peluso desafiante en medio de la habitación, yo creo que lo hacían para vacilarme.
Estoy desarrollando un estudio sobre los pelusos y casi he llegado a la conclusión de que Belgica es el exportador número uno del mundo en pelusas, aquí se crean, y luego viajan a los demás lugares del mundo.
No es que sea especialmente aficionada a la ropa de color negro, pero algo me he traido, bueno o eso creía yo. Las camisetas de manga larga que me traje ya no las encuentro en el cajón, en su lugar hay unos jerseys de angora grisaceos! aquí no se gana para comprar quitapelusas de la ropa, casi es mejor dejarse ganar la batalla y salir con el jersey de angora, que encima da calorcito.
Con los pelusos de la casa la cosa cambia, a mi me da grima tenerlos rodando por ahí. Y es que además tienen vida propia, que ya podían hacer algo útil, tenerme la cena lista cuando vuelvo de trabajar, o ponerme la lavadora, pero que va! Viven a mi costa y creo que cuando no estoy montán fiesta en casa, porque al volver siempre me encuentro algún peluso por ahí tirado, inmovil, vamos digo yo que bajo los efectos del alcohol.
Intrigada por la situación de mi apartamento he seguido mi investigación más allá de las fronteras de mi piso, y he observado muy sorprendida que los demás también sufren al peluso, no hay dia de la semana que no se vea una aspiradora tirada en la basura y una caja de cartón perteneciente a su sucesora.
Yo lo he visto claro, he tardado unos días en encontrar bolsas para mi modelo de aspiradora, agotado en varios negocios, lo que demuestra que se trata de un producto de primera necesidad. Pero ya he conseguido mis bolsas, de hoy no pasa, voy a erradicar el peluso de mi casa.
Gracias por la paciencia y el aguante durante la lectura de una divagación como otra cualquiera. No estoy loca,.... ¡mierda! hay un peluso que me mira mal desde el medio de la sala, ya vuelvo...
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Hace 7 años
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